El eterno dilema. ¿Debo dejar que mi hijo pase tiempo de juego delante de una pantalla aunque me parezca demasiado? ¿Dónde está el límite? ¿ Cuántas horas pasabas tú de niño jugando a videojuegos o a otra actividad hasta el punto de que tus padres te llamaban la atención? Videojuegos y niños es un tema que siempre provoca dudas pero para la que, desgraciadamente, no hay una única respuesta en ninguna guía de padres. Como todo en lo que se refiere a la paternidad.
Durante décadas, el videojuego ha sido vilipendiado y ha sido la diana para todas las desgracias de la humanidad. Lo mismo que le pasaron a los cómics, a la música e incluso a la literatura. Pero aunque en la actualidad somos más conscientes que los videojuegos tienen su parte buena , en especial quienes hemos jugado y/o seguimos jugando, todavía persiste la desconfianza.
A continuación, cuatro consejos que intentarán aportar algo de luz al dilema sobre cuánto tiempo de juego es aconsejable . Claro está, optar por unas soluciones u otras dependerá de la edad del menor y de su madurez. Como ocurre en medicina, a distintos pacientes no se les pueden aplicar las mismas dosis de un mismo medicamento.
Lo primero es lo primero
Empecemos esta guía para padres por una obviedad que muchas veces se nos escapa. En la gran mayoría de ocasiones, el problema no es que tu hijo juegue a videojuegos . El problema es lo que deja de hacer mientras está jugando. Si tiene ciertas responsabilidades, tanto propias como en tareas que afectan a toda la familia, y las deja de lado, el problema no es que dedique mucho tiempo de juego. El problema es que no se responsabilice de sus tareas .
¿Ha cumplido con sus obligaciones académicas ? ¿Ha realizado sus tareas asignadas ? Entonces, adelante, a jugar. Anteponer el tiempo de juego a otras tareas implica una falta de madurez y responsabilidad que hay que corregir. Tanto da que el culpable sea un videojuego, salir en bici o ir al cine.
Por otro lado, el tiempo de juego de videojuegos por los niños debe ceñirse al resto de actividades del día. En periodo escolar resulta complicado, pero no imposible. En especial si además del horario lectivo debe hacer frente a actividades extraescolares . Rutinas básicas como la alimentación, el descanso y la educación deben tener prioridad. A partir de ahí, el límite lo pone el tiempo de que disponga el menor para jugar.
Caso aparte es en fines de semana o periodos estivales . Con todo el día por delante, ¿dónde poner el límite? Como ocurre con cualquier otra actividad, se recomienda alternar entre jugar a videojuegos y hacer otras cosas. Pasar tiempo en familia, realizar actividades al aire libre… No se trata de prohibir el videojuego, simplemente limitarlo a periodos de tiempo. Los expertos hablan de entre una y tres horas al día. Pero esta recomendación dependerá del resto de actividades que pueda o guste hacer en su tiempo libre.
Tiempo de juego para divertirse, solo o con amigos
Los juegos, los juguetes y los videojuegos se crearon para divertirse . Parece algo obvio. Pero en esta guía para padres conviene recordar que, en ocasiones, una actividad complicada puede causar frustración. Si esa actividad nos conduce constantemente al fracaso o a la impotencia, deja de ser divertido. Y al revés. Si los videojuegos nos divierten, les querremos dedicar más tiempo. Es algo natural. Poco podemos hacer al respecto, teniendo en cuenta lo que hemos visto en el apartado anterior.
Otro aspecto del videojuego actual que hay que tener en cuenta es su componente social . El videojuego siempre ha tenido algo de social. Todos hemos compartido juegos, experiencias, trucos e incluso hemos jugado en multijugador, dentro de las limitaciones de cada época y videojuego.
En la actualidad, con Internet, es muy fácil jugar con amigos . Esto hace que el tiempo de juego cumpla dos funciones. La de diversión y la socialización. Algo a tener en cuenta de cara a limitar las horas o sesiones de juego. Hoy en día pueden estar jugando online y hablando con los demás jugadores mediante voz.
Las pausas son importantes
Relacionando los dos puntos anteriores, conviene ser flexibles y adaptarnos en lo que se refiere a tiempo de juego. Es decir, que los expertos, en cuestiones de videojuegos y niños, recomienden entre una y tres horas de juego, no implica que deban jugarlas del tirón . Obviamente, esas horas de juego se pueden acumular, dividir, repartir por el calendario, aumentar o reducir el tiempo de juego en función del contexto, etc.
Una pista para saber cuándo un menor a cargo debe dejar de jugar es cuando surge la frustración que mencionaba antes. En función de su edad y madurez, él mismo se dará cuenta de cuándo dejar de jugar y pasar a otra cosa. Como progenitores podemos adelantarnos y recomendarle al menor que haga una pausa, descanse, y luego vuelva, si quiere, con energías renovadas.
Un consejo que sirve para cualquier tarea y a cualquier edad más allá de cualquier guía para padres. En especial en procesos que requieren habilidades como la creatividad o la toma de decisiones. ¿Atascado en esa misión o partida? Apaga la consola o PC, date un tiempo, y ya volverás luego.
El tiempo de juego como oportunidad
Está claro que si vemos los videojuegos como una pérdida de tiempo , nada de lo que has leído arriba te dirá nada. Cuanto menos tiempo pase “matando marcianitos”, mejor. Por cierto, qué expresión tan anticuada. Pero como cualquier actividad de ocio , es cuestión de gustos.
Hay actividades que tienen mejor fama que otras. Leer o hacer deporte. ¿Quién le prohibiría a un niño dejar de leer o practicar su deporte favorito? Pues si le dedica tanto tiempo que afecta al resto de sus rutinas diarias, deberíamos poner algunos límites. Lo mismo ocurre con el tiempo de juego dedicado a videojuegos.
Jugar no es malo. Es una manera de divertirse, ejercitar los reflejos, aprender a tomar decisiones, descubrir historias y personajes de una manera distinta a las películas, libros o cómics, y, con el juego online, una oportunidad de pasar tiempo con amigos o de conocer gente nueva, a pesar de la distancia.
Empatizar con el menor, interesarnos por sus hábitos de juego o incluso jugar con ellos puede ser una manera de comprender mejor y así tomar mejores decisiones al limitar o gestionar el tiempo de juego de nuestros hijos.
Qustodio, videojuegos y niños
Terminamos esta guía para padres sobre el tiempo de juego adecuado para los menores mencionando Qustodio , una herramienta que permite a padres y madres “cuidar la vida digital de sus hijos”.
Qustodio se puede instalar en smartphones, tablets y ordenadores y permite poner ciertos límites de tiempo y contenido acordes a la edad y madurez del menor. Además, también sirve para conocer mejor a qué aplicaciones, juegos, páginas web o vídeos de YouTube accede en su día a día. Una manera de evitar problemas de acceso a contenido inadecuado y de conocer mejor sus hábitos.
En el tema que nos ocupa, Qustodio permite limitar el acceso a ciertos juegos. También puedes limitar el tiempo dedicado a esos juegos o al dispositivo de juego.
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