"Como ya he apuntado en numerosas ocasiones el mercado español es uno de los más competitivos de euros, y necesita consolidación", el presidente de Orange España, Jean-François Fallacher, volvía repetir una idea que sobrevuela el sector, pero que no acaba de materializarse nunca.
Las operadoras llevan un tiempo señalando que el problema es que hay demasiados operadores, pero que la regulación no permite las compras.
"Lo que creemos que debe cambiar es la regulación que hay en Europa, lo que hemos visto que la consolidación puede ser muy difícil con la reglamentación de las autoridades de competencia de Europa", añadía el directivo para explicar qué podría ser el catalizador para que se vea fusiones en el mercado.
La dura competencia se observa al ponerle cifras. En el mercado europeo, hay alrededor de 98 empresas de telecomunicaciones, frente a las 3 grandes empresas de telecomunicaciones que hay en Estados Unidos, recuerda Ana Mosquera, Telecommunications & Media and Energy & Utilities Market Head de Capgemini, al hablar del contexto en el que se enmarca el mercado español donde hay 4 grandes operadores.
"La actual regulación no ha favorecido a la consolidación necesaria", apunta Mosquera en conversación con Business Insider España. "Cuanto más tarde se evite esta consolidación, más difícil será que se produzca tractores europeos, por el deterioro de las cuentas de resultados y menor capacidad de inversión", añade.
El consejero delegado de Vodafone España, Colman Deegan, también se pronunció recientemente sobre este punto. "En Vodafone queremos jugar un rol activo en el proceso de consolidación de las telecomunicaciones en España. El statu quo ya no es una opción", decía Deegan en un artículo de opinión publicado en Expansión.
El directivo apelaba a las instituciones para que se produzca el cambio regulatorio y recordaba que los 13 principales operadores europeos se han unido para solicitar estos cambios a la Comisión Europea.
Así, la consolidación parece ser el camino necesario para los operadores, pero en este momento, las fusiones son complicadas en España. Por un lado, Teléfonica tiene una situación clara de liderazgo. Por otro, MásMóvil ?que siempre aparecía en todas las quinielas? acaba de comprar Euskaltel. Mientras que Orange y Vodafone piden cambios regulatorios en un momento en que sus ingresos están sufriendo por la guerra del low cost.
La búsqueda de ingresos de las operadoras
Las telecos siguen buscando la manera de generar ingresos. En un mercado hipercompetitivo como es el español, las grandes operadoras buscan la manera de encontrar equilibrio entre las grandes inversiones en infraestructuras ?las subastas de espectro para 5G han sido las últimas? y el movimiento del sector hacia el low cost.
A esto se suma, la competencia que existe con las grandes empresas tecnológicas que están aprovechando para ofrecer sus servicios basados en redes, pero sin haber hecho ninguna inversión en estas. Si Facebook, WhatsApp o Google fueron las grandes ganadoras del 4G, las operadoras ahora no quieren perder la ola del 5G.
?El gran reto de los operadores radica en ser capaz de adecuar su modelo operativo y estructura de costes a la situación competitiva, mientras se crean las nuevas propuestas de valor y servicios al cliente, tanto en el ámbito residencial como en el empresarial", explica Eduardo Fitas, managing director de Comunicaciones, Media y Tecnología de Accenture en España. Portugal e Israel de Accenture.
En este aspecto, los operadores están apostando por aumentar sus ingresos ampliando su oferta de servicios.
"Ya están en nuestras casas, que es muy importante, y están apostando por estar en nuestras casas con muchos más servicios. Están creando ecosistemas de partners y convirtiéndose en una empresa que ofrece servicios ofertando seguros, seguridad, energía, etcétera", explica Mosquera, que apunta que es un negocio de escala y que la cartera de clientes que ya disponen estos operadores es un punto de partida.
También están tratando de generar nuevas vías de ingresos aprovechando la llegada del 5G y apostando por la creación de servicios de empresas. Vodafone España anunció, por ejemplo, recientemente un laboratorio de 5G para desarrollar soluciones con otras empresas dentro de un metaverso que también acaban de crear.
Además, la llegada del Plan Europeo de Recuperación con los fondos Next Generation EU será también un catalizador para el sector, que ya ha empezado a presentar su apuesta, por ejemplo, para ofrecer los servicios de digitalización con las bonificaciones del conocido como Kit Digital.
"La tecnología, el talento y la gestión de alianzas se convierten aún más en capacidades estratégicas de esta agenda de transformación, en un momento donde existe una oportunidad incremental de capturar los Fondos Europeos para desarrollar la agenda de digitalización en España. Tener un sector de telecomunicaciones fuerte, con capacidad para invertir en infraestructura y en plataformas de servicios, es fundamental para la competitividad digital de la economía y de los servicios públicos a los ciudadanos", añade Fitas.
El reto de convertirse en grandes empresas tecnológicas
A la dura competencia en el sector hay que unir la fuerte batalla con las grandes empresas tecnológicas. Google, Facebook o WhatsApp han conseguido generar un negocio sobre la conectividad, pero sin tener que hacer las elevadas inversiones que han hecho las operadoras en redes o infraestructuras.
En este aspecto, Mosquera explica que las operadoras están ya dando pasos hacia este punto. De esta forma, están creando compañías externas donde situar sus activos de infraestructuras, torres o redes. Estas towerco o fiberco permiten poner en valor estos activos y dan caja a las operadoras para poder centrarse en la parte de servicios.
En este aspecto, la experta señala que estamos todavía en un paso inicial porque se están creando casi el mismo número de empresas que operadores en un mercado donde, en su opinión, debería acabar habiendo dos grandes jugadores que garanticen la neutralidad de la red.
Precisamente, este recorrido que todavía tiene el sector puede ser una de las razones por la que los grandes fondos están entrando en el negocio de las telecomunicaciones europeos. Recientemente, KKR ha lanzado una opa sobre Telecom Italia. Un movimiento que podría anticipar más operaciones en el sector, aunque el futuro de este todavía está por determinar.
El reloj inicia su cuenta atrás para el mercado de las telecomunicaciones, mientras que los grandes jugadores tecnológicos siguen sin dar tregua en la creación de nuevos servicios a los que destinan grandes inversiones de dinero. Facebook ?actual Meta? ya ha anunciado que destinará un importante presupuesto a su proyecto de metaverso.
Ahora falta por ver hacia dónde acabará dirigiéndose el mercado de las telecos.
GSMA, la asociación que representa a los operadores de redes móviles de todo el mundo, acaba de presentar el informe “The Mobile Economy Europe 2022”, en el que analiza el estado de la industria móvil en Europa y su relación con aspectos tecnológicos, socioeconómicos y financieros, incluyendo previsiones hasta 2025.
El documento revela la urgencia de tomar las medidas políticas y regulatorias necesarias para conseguir los objetivos incluidos en la Década Digital de la Comisión Europea. Según explica el informe, las tecnologías y los servicios móviles contribuyeron con 757.000 millones de euros al PIB europeo en 2021 y predice que para 2025 la adopción de 5G en la región será de 44%. Este último dato es especialmente llamativo y relativamente bajo si se compara con el desempeño de otras regiones, como Corea del Sur (73%) y Japón o Estados Unidos (68%).
El futuro de la conectividad de la UE
Pero, ¿por qué Europa está registrando un despliegue más lento de 5G que otros mercados equivalentes? La razón principal que subyace son las duras condiciones de mercado. Actualmente, la brecha de inversión, la falta de incentivos para la innovación y el enfoque regulatorio y de política de competencia en Europa dificultan el retorno de la inversión de las empresas del sector. En concreto, el favorecimiento de un entorno artificial de competencia está lastrando el desarrollo de estas empresas y, con ellas, de la economía y la sociedad europea.
Estas son algunas de las ideas que se debatieron durante la mesa redonda que acompañó a la presentación del estudio. En la sesión «El futuro de la conectividad 5G en la UE«, organizada por Euractiv, participaron Peter Stuckmann (Head of Unit Future Connectivity Systems, DG CNECT, EU Commission), Tsvetelina Penkova MEP (Member ITRE Committee, EU Parliament), Filipe Batista (Counselor Digital-Telecom, Permanent Representation of Portugal to the EU), Matthias Bauer (Director, ECIPE) y Jakob Greiner (Vice President European Affairs, Deutsche Telekom).
Consolidación de mercado y 5G
Durante la conversación, Jakob Greiner identificaba la consolidación de los mercados de telecomunicaciones como el primer paso para avanzar. “Si queremos perseguir la visión de un mercado de telecomunicaciones único a nivel europeo, el primer paso es la consolidación dentro de un mismo país», explicaba el directivo de Deutsche Telekom. En comparación con Estados Unidos, identificaba la gran fragmentación del sector europeo de telecomunicaciones como una situación que calificaba como “insana”. Asimismo, instaba a favorecer la consolidación de mercado dentro de los Estados Miembros (intra-consolidación) pensando en las eficiencias a largo plazo y no simplemente en el debate a corto plazo sobre el precio. De esta forma, se reclamaba un sector europeo con operadores que puedan conseguir la escala que necesitan para competir.
En el lado de la inversión, Filipe Batista argumentaba que es necesario reenfocar los esfuerzos para conseguir una “inversión más inteligente”. “El foco no deberían ser exclusivamente los usuarios tradicionales”, expresaba, sino que el despliegue del 5G debería orientarse también hacia el sector industrial, dado que para este sector las capacidades del 5G sí son diferenciales.
Cuando se le preguntó por los posibles cuellos de botella del modelo, Batista planteó que la inversión debería orientar el foco hacia el caso de negocio de la industria y los usuarios empresariales principalmente. Mientras que el 4G ofrece unas prestaciones suficientes para la gran mayoría de usuarios de móviles, el 5G podría suponer una mejora sustancial para la productividad de las industrias. Por tanto, se deberían dedicar esfuerzos para impulsar esta productividad que, por otro lado, es la mayor contribución del sector al GDP de la economía europea.
Para Peter Stuckman, es necesario “trabajar juntos” para mejorar las condiciones de mercado y favorecer la inversión.
Contribución justa para la sostenibilidad de las redes
La discusión sobre un modelo más justo de contribución a los costes de las redes fue otro de los puntos relevantes de la conversación. Batista señaló que el modelo de negocio ha cambiado y en la actualidad ya no hay un mercado de telecomunicaciones, sino que ha evolucionado sustancialmente en los últimos años hacia un “mercado de datos”. De esta forma, la regulación “tradicional” debería actualizarse para adaptarse a las nuevas condiciones de mercado. Por tanto, se necesita un “nuevo equilibrio” entre reguladores y operadores para hacer realidad los objetivos de conectividad digital.
Daniel Pataki, vicepresidente de política y regulación de GSMA y director de Europa, también explica que “Europa está adoptando 5G más rápido que nunca, pero se necesita un mayor enfoque en la creación de las condiciones de mercado adecuadas para la inversión en infraestructura para seguir el ritmo de otros mercados mundiales. Esto debería incluir la implementación del principio de contribución justa a los costes de la red”.
Espectro y objetivos digitales
Peter Stuckman afirmaba que existe un margen importante para crear un marco más armonizado para las licencias locales, con el fin de crear economías de escala en los equipos y facilitar el desarrollo de servicios transfronterizos. El representante de la Comisión aludía a posibles iniciativas de armonización de la UE en las bandas 3,8-4,2 GHz.
Sin embargo, para Jakob Greiner, el principal escollo está en el precio: “Seguimos teniendo precios muy, muy altos por el espectro en estados miembros y un enfoque muy fragmentado para las subastas de espectro”, argüía. En esta línea, Batista confirmaba que los modelos que extraen dinero del sector (como las costosas subastas de espectro) no son la forma de lograr un reequilibrio, por lo que los modelos alternativos de financiación de la inversión podrían ser una opción interesante.
Por todo lo anterior, GSMA recuerda que “el ritmo de expansión de la cobertura 5G en toda Europa será un factor clave en la transición de 4G a 5G, un paso importante hacia el logro de los objetivos de la Década Digital de Europa”.
Uno de los ámbitos que mayores avances ha experimentado a lo largo de su historia es el de los satélites de telecomunicaciones. José Luis Serrano, gerente de Innovación de Hispasat, habló sobre su evolución, características, tipos, aplicaciones y retos a los que se enfrenta este sector en un webinar organizado por el COIT.
En total, hay más de 5.000 satélites orbitando alrededor de la Tierra. Según a lo que estén destinados pueden ser de comunicación (televisión, vídeo, datos…), meteorológicos (observar el clima y sus condiciones, cartografiar con fines militares…), de navegación (GPS) y de observación (captar información del planeta). Tal y como comentó José Luis Serrano, gerente de Innovación de Hispasat en el webinar organizado por el COIT el pasado 22 de septiembre, el primer satélite enviado al espacio fue el Sputnik, en 1954, cuya misión duró 21 días y constaba de una capacidad de 1 vatio y de un transpondedor. Ahora, en 2020, los satélites lanzados tienen 80 transpondedores y una capacidad de procesamiento 8 gigabytes por segundo.
Por otro lado, también se podría hacer una clasificación paralela de los satélites atendiendo a su nivel de órbita. Así pues, pueden ser de órbita baja terrestre, utilizados para observación de la Tierra; de órbita media terrestre, usados para servicios de navegación, y de órbita geoestacionaria, dedicados a los servicios de comunicaciones con la particularidad de que permanecen estáticos sobre la Tierra. Asimismo, Serrano también explicó las partes de un satélite. Por un lado, la carga de pago, es decir, la parte de las comunicaciones, que son las antenas y el repetidor. Por otro lado, la plataforma, que son aquellos elementos necesarios para su correcto funcionamiento, como los paneles solares, el sistema eléctrico y la propulsión.
Aunque la infraestructura como tal del satélite parece muy compleja, funcionalmente son muy simples, pues funcionan como un simple espejo, ya que no procesan la información. De esta forma, los servicios que ofrecen son múltiples y variados. De este modo, permiten extender la cobertura de las redes móviles a los operadores; aportan grandes prestaciones en torno a la movilidad, como es el caso del transporte marítimo; son imprescindibles para las comunicaciones de emergencia; prestan acceso a internet, muy importante en zonas rurales en las que se intenta romper con la brecha digital; dan un servicio de hotspot Wifi, muy utilizado en zonas públicas para facilitar el acceso a Internet del público general, y aportan en el campo del IoT, el Internet de las cosas.
El futuro de un sector competitivo
En cuanto a la vida útil del satélite, ésta se encuentra en torno a los 15 años, y su periodo de fabricación suele alcanzar los tres. Respecto al coste, oscila entre los 100 y 200 millones de euros (el propio satélite), entre 50 y 120 millones de euros el lanzador, y de 15 a 30 millones de euros su seguro. “Este sector tiene mucha inestabilidad en la demanda, además de que los satélites hay que fabricarlos a 18 años vista. Se han lanzado algunos cuyo contrato, con el tiempo, se ha cancelado, así que ahora hay satélites en órbita vacíos tras un gran desembolso”, comentó Serrano en su ponencia.
Sobre el futuro del sector, el ponente aseguró que pasa por incrementar su flexibilidad para garantizar que el satélite pueda adaptarse a la demanda y reducir el coste por capacidad utilizada. “El satélite del futuro será digital”, aseguró, y entre sus características debería tener: una opción de ser reconfigurable una vez esté orbitando; optimización dinámica de los recursos; despliegue progresivo de estaciones terrenas; que sea reubicable en cualquier posición orbital, y que sus antenas sean reconfigurables.
Nuevas problemáticas
Serrano también mencionó el ‘New Space’, nombre que se le ha dado a la democratización del acceso al espacio mediante la reducción de costes, una economía de escala y la estandarización de procesos y equipos. Más allá de los satélites, el gerente de Innovación de Hispasat mencionó otras estructuras de los operadores de telecomunicaciones, como los aviones solares, los dirigibles y los globos. Se trata de artefactos que se encuentran a unos 20 kilómetros de altura y que complementan la información obtenida por los satélites.
En estos momentos se plantean ciertas controversias en cuanto al destino final de los satélites. ¿Qué ocurre con ellos cuando han dejado de funcionar? Normalmente, son conducidos a una órbita cementerio, donde se estacionan, pero con la llegada del ‘New Space’ empieza a haber un problema: los satélites de órbita baja deberían llevar a cabo una reentrada en la Tierra para que con el rozamiento de la atmósfera se desintegraran. Sin embargo, al no tener muchos de ellos propulsión ni control de altitud, se encuentran navegando por el espacio aumentado, cada vez más, la posibilidad de colisión.
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